Continuel lumière. Forme en contorsion reflechissant la lumière
Acrílico, metal, luz y motor. Prueba de Artista. Edición Denise Rene.
84 x 50 x 26.5 cm
1966

texto

Continuels-mobils

Las primeras experiencias que Le Parc realizó con elementos móviles se realizaron a comienzos del año 1960 y partían de las cajas luminosas. Estaban destinadas a servir como una suerte de diafragmas que modificaban sus formas según su posición, dejando pasar más o menos cantidad de luz. Pronto empezó a experimentar, de forma independiente, los mismos problemas que lo preocupaban en aquel momento. Es decir, la múltiple variedad de situaciones en una misma experiencia. Las nociones de movimiento, de inestabilidad y de probabilidad se me aparecían de forma muy clara, se desarrollaba el trabajo con contingencias exteriores a la obra. La tendencia a alejarme de la noción de obra estable, única y definitiva, se acentuaba más cada vez.

Algunas experiencias de esta época, de pequeño formato, contenían ya los elementos básicos que a continuación serian puestos a punto técnicamente, modificados, ensanchados, etc… Una de estas experiencias consistía en superponer sobre un fondo blanco otra superficie blanca de las mismas dimensiones cortada en pequeños cuadrados, a una distancia de 5 cm. Siempre conservando su posición original estos cuadrados eran suspendidos mediante un finísimo hilo de nylon, enfrente del fondo, de manera que podían tomar cualquier posición, dando vueltas cada uno independientemente. De este modo sus posiciones posibles eran indeterminadas, volviéndose su movimiento más cauto o más rápido según la fuerza del aire, y la iluminación asimismo se modificaba según el ángulo de incidencia de la luz, variable con dicho movimiento.

Otra experiencia similar que realizó fue con el fondo era negro en vez de blanco y la posición de los cuadrados estaba alternada de modo que, partiendo de dos posiciones extremas, una de las cuales con todos los cuadrados perpendiculares al fondo (dominio del negro) y la otra con todos los cuadrados paralelos, al fondo recubriéndolo (dominio del blanco). Sobre esas experiencias realizó, en aquel momento, diversas fotos tomadas en forma instantánea o mediante exposición prolongada, probando éstas últimas con la evidencia, la igualdad de probabilidad del negro y del blanco.

Otra experiencia del mismo período consistió en remplazar los cuadrados opacos por otros de plexiglás transparente sobre fondo blanco. La desmaterialización visual de los elementos de base (los cuadrados transparentes) ponían en evidencia la importancia de los elementos exteriores como eran el aire que los movía o las imágenes del entorno que, fraccionadas, eran captadas por cada cuadrado en movimiento. Era importante, asimismo, la luz reflejada por los cuadrados, a su vez, sobre el fondo blanco; todo esto lo llevó, lógicamente, a buscar diversos emplazamientos de una fuente de luz artificial en una pieza oscura, lo que produjo resultados diversos.

Del mismo modo, variando los fondos, ya sea curvándolos o dándoles diferentes formas, los reflejos podían ser acelerados o no y modificando la inclinación de los objetos suspendidos, el recorrido de los reflejos se modificaba a su vez. De estas experiencias obtuvo la conclusión de que se obtenía como resultado visual una situación siempre diferente y sin embargo la misma.

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