biografía
La trayectoria de Raúl Lozza (Alberti, 1911 – Buenos Aires, 2008) es amplia y compleja: su inscripción artística estuvo desde la década del 30 vinculada a los grupos artísticos e intelectuales de izquierda. Su acción política ligada al Partido Comunista fue un eje importante en su búsqueda artística: publicó textos y dibujos en diarios y revisas antifascistas, entre ellos La República. Entró en contacto con los editores de la revista Arturo –publicación que inició los debates en torno a la abstracción en el ámbito porteño– y en 1945 formó parte de la creación de la Asociación Arte Concreto-Invención (AACI) junto con Tomás Maldonado, Edgar Bayley, Alfredo Hlito y Enio Iommi, entre otros. Lozza participó con sus obras y dictando conferencias en las varias exposiciones que el grupo realizó durante el transcurso del año 1946. Esta agrupación estableció su primera línea investigativa en la resolución del marco recortado que había sido formulada por Rhod Rothfuss en Arturo. Sin embargo, las búsquedas no cesaron y del marco recortado surgieron nuevos objetos de arte. De este modo, el cuadro, como ‘organismo continente’ quedaba abolido”.
Sin embargo, hacia 1947 la AACI volvió a plantearse esta solución para poner nuevamente a prueba las posibilidades del marco ortogonal. En este momento, Lozza se distanció del grupo para continuar investigando las posibilidades del coplanar. Para él resultaba fundamental tener en cuenta el contexto espacial donde la obra se desarrollaba: es decir, color y características del muro. Así, redefinió sus ideas y junto con sus hermanos, y con la colaboración de Abraham Haber, dio forma al perceptismo. En el catálogo de la Primera exposición de pintura perceptista, realizada en 1949 en la galería Van Riel Lozza señalaba: “Así, el perceptismo se manifiesta como la etapa superior y más avanzada de la pintura. Inaugura una nueva era en el arte, y difiere de las demás escuelas abstractas y concretas en el hecho fundamental de haber logrado por vez primera la realidad del plano-color, un nuevo concepto de estructura consustanciado con el proceso práctico de los medios visibles de creación, y la superación de las contradicciones entre forma y contenido, razón de ser del arte representativo y pesadilla del arte abstracto”.
Tres elementos resultan clave en la teoría de Lozza: la estructura abierta (sistema proyectual regido por líneas de fuerza centrífugas en base al cual se definen las formas), la cualimetría de la forma plana (sistema de ajuste de la unidad sintética forma-color) y la noción de campo colorido que involucra directamente el muro arquitectónico (5). Este sistema ordenador de su producción rechaza la mítica idea de obra como pieza única e irrepetible; de acuerdo con sus precisas formulaciones, la obra es susceptible de ser reproducida. La búsqueda de integración de la práctica artística en la vida cotidiana del hombre moderno era entendida por Abraham Haber según los siguientes términos: “La pintura perceptista […] no es un arte de museo, lugar donde el hombre va, según un horario fijo, a buscar su ración de sentimientos estéticos, sino que es un arte de ambiente que debe acompañar al hombre en su centro cotidiano; en el hogar, en los edificios públicos y privados, en los medios de transporte, en las oficinas, en los talleres y calles, porque debe alcanzar al hombre en la manifestación de su realidad y no en el caño de escape que es una sala de museo”.
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