Esteban Pastorino · 10.09.2020 - 29.01.2021

Pastorino

texto curatorial

Vanesa Magnetto

Una cartografía fotográfica

Las panorámicas de Esteban Pastorino proponen una experiencia alejada del consumo cotidiano, y constante en estos tiempos de intensificación de pantallas, de las imágenes instantáneas que circulan fugazmente por redes, medios y dispositivos. La cartografía fotográfica trazada por estas panorámicas suspende el tiempo, por un momento, por un respiro. Despliega una extensión temporo espacial que envuelve tanto al área fotografiada, como al espacio en donde se emplazan y visualizan estas imágenes.

Hay un tiempo extenso involucrado. Los “tiempos largos de exposición” (para ser más precisos a nivel técnico) son los que permiten fotografiar una zona amplia, una gran extensión de territorio, en una sola imagen. Hay un tiempo de recorrido aéreo y deriva fotográfica en la cual el fotógrafo experimenta, a la distancia, habilitando a los dispositivos construidos por él mismo a que cobren vuelo y muestren, cómo se ven, el tiempo y el espacio, a través de cada uno de sus inventos. El resultado es una imagen que dista de la operación mimética habitual de la fotografía. Es un fragmento extendido en el espacio y en el tiempo que incita a quienes vemos, a ver de cerca, y un poco más de cerca también, para recorrer luego el resto de la imagen y, así, volver a ver.

Si bien hay distorsiones, el espacio fotografiado puede reconocerse, leemos lo que vemos. Pero, un cierto extrañamiento opera en aumento, y resuena con lo que Vilém Flusser llama “imágenes improbables”, aquellas imágenes que responden al acto de fotografiar para estar en búsqueda de posibilidades no contempladas por el programa fotográfico, de imágenes no vistas 1. El formato panorámico acentuado, la verticalidad en alguna de las imágenes, la convivencia del día y la noche en otras, y, en todas, la ausencia de un punto de fuga central que organice la enunciación y la mirada (jerarquizando el espacio) hacen que estas panorámicas se distancien de aquello que el ojo desnudo puede percibir, para desplegar un uso específico del dispositivo que genera una traducción en movimiento que tensa y reconfigura lo fotografiado.

Esta especie de paisaje imposible, que desafía en formato y forma al género, es una constante en todas las series panorámicas de Pastorino, sobre las que viene trabajando desde hace más de veinte años. Estas obras se alejan del concepto fotográfico hegemónico, tanto el de la fotografía panorámica tradicional como el de la instantaneidad de la imagen. Dislocan la representación en perspectiva del espacio tridimensional y utilizan la potencialidad estética de los tiempos largos de exposición, en combinación con el movimiento de la cámara, para generar una estructura fotográfica que deviene en una enunciación impertinente que expone presente, pasado y futuro en convivencia. Esta fusión de tiempos cobra una mirada cenital en estas últimas panorámicas. La mayoría de las imágenes cartografían el territorio fotografiado, replicando la visión que tendríamos desde un avión o, la que puede reproducir una vista digital satelital, con la diferencia sustancial de que en estas panorámicas no opera la idea del dominio o posición del espacio. Lejos de la mirada de reconocimiento y codificación estricta del territorio propuesta por Google Earth, la estrechez de estas fotografías, que contrasta fuertemente con su extensión, nos obliga a buscar en el recorrido del fragmento el sentido de la magen. Al igual que en las nubes equivalentes de Alfred Stieglitz 2, pero desde un punto de vista invertido, Pastorino indaga sistemáticamente sobre una región: la sobrevuela, la recorta, traza diferentes recorridos sobre ella, pasando varias veces por el mismo punto del espacio para ver, cómo se ve, más temprano o más tarde. Genera una cartografía de su experiencia fotográfica.

A la hora de ver estas imágenes la idea de experiencia insiste. Siguiendo la pista de Walter Benjamin, en torno a “la experiencia” ligada a nuevas formas de la narración y de la percepción que puedan asir destellos de lo indeterminado, lo inarticulado, y contengan otras historias posibles 3, las piezas de la serie panorámicas se despliegan en el espacio de la exhibición cepillando el tiempo a contrapelo.

Las imágenes trepan por las paredes, ocupan suelos y columnas. Estas obras conforman una instalación que agita el tiempo, cada vez que alguien las mira y se desenvuelve por el espacio, acercándose y alejándose del fragmento extendido para construir su propio relato sobre un territorio fotografiado.

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1Vilém Flusser (1990), Hacia una filosofía de la fotografía, México: Trillas/SIGMA.
2 Equivalents (Equivalentes) es una serie compuesta por alrededor de doscientas fotografías de nubes, tomadas por Alfred Stieglitz, durante las décadas de 1920 y 1930.
3 El concepto de “experiencia”, ligado a la noción de “Historia e historias”, puede rastrearse en Walter Benjamin (1989), Tesis de filosofía de la historia. En Discursos Interrumpidos I, Buenos Aires: Taurus.

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